martes, 22 de diciembre de 2009

LUNATICO.. La imposibilidad de un imposible


El tonto del pueblo se enamoro de la luna, fue algo espontáneo y inusual, bueno, como todas las cosas que le suelen pasar a un tonto.
Resulta que el nunca miraba al cielo siempre caminaba cabizbajo, quizás por que en su interior huía de las gentes que se metían con el usando bromas pesadas. Y así pasaba (eso creía el) desapercibido entre todos
Una noche, en que no podía dormir, subió al tejado y descubrió una hermosa Luna que resplandecía en lo alto dándole a todo el alrededor ese tono plateado, mágico y misterioso.
La vio con cara de mujer, con cara de Diosa y desde esa noche, se enamoro y le juro amor eterno.
Los del pueblo dejaron de verlo, el dormía por el día, para tener las noches enteramente para hablarle a su amada. El le contaba sus penas y a sus oídos le llegaban palabras de su amada luna, que su imaginación se encargaba de crear.
Las noches oscuras del ciclo lunar, el bobo se las pasaba llorando pidiendo a gritos en el techo que regresara, que el la amaba con todas sus fuerzas, los vecinos se quejaban de sus gritos desgarradores y su llanto, hasta la policía lo tubo que meter en la celda por un tiempo.
El aprendió a llorar en silencio, para poder estar libre, descubrió el dolor de callar sus emociones, eso si, cuando aparecía de nuevo la luna en su cuarto creciente, el ebrio de alegría danzaba en lo alto y le recitaba poemas y le prometía que nunca mas la haría enojar.
Hasta que descubrió que era periódica su soledad y se consolaba pensando que sus desapariciones eran el capricho de una mujer y enamorada y sonaba con el día en que Ella cayera rendida de amor a sus pies y se quedara para siempre iluminando sus noches.
Empezó a preguntar, como hacer para llegar a ella, a cuanta persona que se tropezaba en ka calle le preguntaba como llegar a su amada, la mayoría de las veces lo apartaban del camino como se suelen espantar a los locos que solo dicen sandeces, un empujón y alguna frase mal intencionada.
Hasta que un muchacho chistoso se le ocurrió decirle que podía llegar a su amada volando.
Entonces fue cuando su locura empezó a tener cierto aire de peligro, correteaba por las calles las noches que la Luna no aparecía, con dos cartones en sus brazos, planeando mientras corría espantando a todos con sus gritos de alegría, pensando que llegaría a volar, corría y movía sus brazos como para emprender vuelo.
Una noche, cuando la Luna brillaba en su mas completa belleza, el bobo del pueblo, vistiendo sus mejores galas, subió a la azotea mas alta con sus cartones como alas, miro al cielo iluminado por su amada y con la esperanza de llegar a ella y estar juntos siempre por la eternidad, se lanzo al vacío, batiendo sus brazos queriendo volar.
Callo en medio de la calle, solo se escucho un golpe seco en el pavimento, cuando lo fueron a auxiliar los vecinos que escucharon, lo vieron sonreír con los ojos clavados en la Luna y solo balbuceaba, un tenue y ya casi inaudible …te amo

1 comentario:

  1. Otro pobre al que engañaron, nadie le dijo que la luna era adúltera por naturaleza.

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