jueves, 3 de diciembre de 2009

Navidad


Ni se como caí en ese lugar, solo recuerdo que me sentía muy estresado tratando de sacar cuentas de mi dinero para la cantidad de cosas que tenia que comprar para las navidades.
Me había pasado toda la tarde leyendo en los periódicos las ofertas de juguetes y teléfonos celulares de ultima generación, los oídos me dolían de escuchar villancicos a todas horas y de anuncios entre cada uno de ellos sobre donde era mejor comprar. Y que era lo mejor regalar
Lo ultimo que recuerdo, fue caer exhausto en el sofá y sentir que en la caída me hundía por siglos y que no llegaba nunca y de buenas a primeras me vi en la entrada de una cueva.
Hay una oscuridad absoluta, allá en el fondo se nota un ligero resplandor de una fogata y veo a una madre amamantando a su pequeño.
No me siento asustado, me invade una tremenda tranquilidad, pero a la ves, se que lo que estoy viviendo no es normal. Estoy parado entre ellos y nadie se fija en mi, solo el nene, que dejo el pecho de la madre por un momento y me miro sonriendo y luego volvió a lo suyo.
.El padre entra y pasa por mi lado sin notarme, le da a su esposa un beso y algo de comida.
No veo pastores, ni reyes, ni estrella ,ni siquiera la mula,
En un rincón una bolsa con algo de oro, justo lo necesario para salir adelante un corto tiempo, algo de mirra y el olor a incienso que inunda el espacio.
Se donde estoy y se quien es ese niño.
Lo se por que El me esta hablando sin palabras, como leyendo mi mente.
Las rodillas se me doblan y caigo postrado y mis ojos se me llenan de lagrimas.
Y se por que.
Estoy frente a Dios niño, mirándolo, siendo testigo de esa primera navidad, veo la pobreza y soledad absoluta en que El nació, solo veo el desamparo de esa familia en medio de la nada perdida en el tiempo, pero llena de amor para todos.
Me viro y frente a esa cueva solitaria, a una distancia de veinte siglos, se alzan los anuncios lumínicos de una industria que anuncia que la alegría radica en el tener.
Y que todo lo material esta al alcance de la mano solo con unas pocas letras mensuales, donde anunciantes con sonrisas estudiadas dicen que esta época es la mas feliz.

Entre esa cueva y esos anuncios, existe una larga historia llena de contradicciones pero también de esperanzas.

En todos los lugares de este mundo, no importa que sea un país rico o pobre, siempre y cada día, se dan Belenes como este.
Todos los días, madres abandonadas, sumidas en la miseria dan a luz a sus hijos con alegría y amor.
Cada día ,padres salen a buscar el salario con que alimentar a sus sagradas familias rompiéndose el lomo para ello.
Es como si Dios naciera a diario, en cualquier lugar, pobre y solo, también como que se nos olvida que mas que regalar, fuimos obsequiados con su presencia entre nosotros.
Entonces caigo en el fondo de mi sofá y no se si soñé o fue realidad lo que viví.
Me quedo pensando

Y creo que tenemos que llenarnos un poco de el espíritu de esa cueva e incorporarlo al espíritu de esos anuncios lumínicos y llevar a esos Belenes modernos un poco de ese amor que todos estamos obligados por ese que nació y murió por nosotros.
Pienso que la navidad en particular esta en llevar espiritualidad a lo material de las ofertas

Entonces todo en un regalo material espiritual para los necesitados ( y todos lo estamos), para ese desamparado que todos miramos como el gran perdedor en esta vida, el loco, el vago, el delincuente, solo por ser pobre y vivir debajo de un puente o en una casa destartalada, o incluso en una cueva. Y también para esos que creen tenerlo todo y puede que si, que materialmente no les falte nada, pero viven en la mas absoluta pobreza de espíritu, donde su cueva es el gran vacío existencial de una vida aferrada solo a lo material.
Será quizás ese regalo mixto, como el oro, el incienso y la mirra, que en su momento El, en su pesebre recibió de personas que podían regalar eso y mucho mas, pero desde una perspectiva de fe, sin tantos anuncios ni aspavientos.

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