Crusoe

Salí de Cuba una tarde lluviosa, recuerdo que en el corto viaje en avión, por la ventanilla no se pudo ver nada, solo nubes grises y agua incrustandose en el cristal como tirada de un balde.Mis hijas ente asustadas y ansiosas me miraban a mi y a mi esposa yo les sonreía y trataba de no mostrarme nervioso.

Atrás, en el aeropuerto de la habana, quedaron 38 años vividos en ese país. mis padres mis hermanos y mis sobrinas. y un montón de recuerdos y amigos, buenos amigos formados en las durezas y las alegrías de la vida

Lo ultimo que vimos de ellos,cuando caminábamos a montarnos en el avión fue cuando al pararnos un momento y mirar atrás manos por encima de una cerca de madera puesta como una especie de frontera entre el ayer y lo que esta por venir, diciendo adiós ,unidas a cientos de ellas mas, que era imposible identificar de quien era cada cual, lo tome como una despedida de Cuba a sus hijos que se separan de sus entrañas para ir a un lugar nuevo cerca, pero a la vez el mas lejano del mundo, también vi una palmas, nos miramos mi esposa y yo, los dos nos descubrimos llorando, nuestras hijas iban en medio de nosotros y nos miraban llorar, al preguntarnos: por que lloran? les dije que era el viento...que podría decirles? como hacerles entender a dos nenas de 3 y 8 años que el desarraigo es el morir de una parte de si mismo
El vuelo dura aproximadamente 45 minutos, y mientras hacíamos los tramites necesarios de emigracion, afuera nos esperaban la otra parte de la familia que hacia mucho tiempo ya que no veíamos y otra parte que ni siquiera conocíamos. Llegue a los Estados unidos, como todo emigrante, poco equipaje, mas recuerdos que otra cosa, y un gran saco de esperanzas e ilusiones en mis espaldas, ...que nos deparará la vida?, mis hijas serán felices? y una gran cantidad de preguntas, y lleno de expectativas.

Cuando al fin salimos y nos encontramos fue la alegría del reencuentro, las presentaciones y llantos de felicidad.. pensaba en las diferentes emociones tan intensa mente vividas en tan corto periodo de tiempo, la despedida y la bienvenida, entre dos mundos tan cercanos pero tan distantes entre si por todo muro de políticas, des encuentros y separaciones.
Los primeros días fueron como un sueño, se me mezclaban vivencias y recuerdos de aquí y de allá, a veces me despertaba por la madrugada y en mi subconsciente estaba la geografía de nuestra casita en la habana, tenia que concentrarme y ubicarme para encontrar el camino al baño. por solo poner un ejemplo.

Cuando salíamos,a hacer alguna gestión o a pasear, miraba por la ventanilla del auto y todas las esquinas, me parecían iguales, una gasolinera en cada punto. un negocio y una cantidad infinita de carteles de anuncios que con la rapidez del auto no podía leer bien. mis ojos devoraban todo, quería que el tiempo volara y poder desenvolverme y sentir aquello, esa ciudad, esas esquinas como mías


No fue hasta que empecé a manejar y a trabajar que pude ubicarme, vivía en el suroeste de Miami y cuando estaba lejos tenia que mirar al horizonte y descubrir la silueta del centro de la ciudad para saber que hacia allá estaba el este.


Fueron días locos, todos querían mostrarnos algo, todos querían descubrir en nuestras caras, el signo de sorpresa, ante algo muy lindo, muy grande o muy increíble que nos mostraran.

Todo lo veía limpio, nuevo, lindo.


Me chocaba un poco personas que cuando me hablaban me decían lo que tenían, el carro del ano que manejaban el crédito que tenían cuanto ganaban y todo lo que habían conseguido, casa, viajes, nivel..... yo al principio los miraba y me decía, contra, mira que bien le va. después cuando entre bien en el sistema, pensé otra cosa muy diferente y me di cuenta, en carne propia me di cuenta, de la fatuidad que mostramos en algunos momentos de nuestras vidas y a veces las arrastramos hasta la muerte, ese pensar que el signo de la felicidad se encuentra en el tener, ese juzgar a los demás por lo que tienen y el grado de solvencia económica que demuestren, esos que tienen una secreta competencia, de tener mas que el vecino, aunque se pierda las nalgas en conseguirlo. o se tenga que vender la consciencia, o convivir con quien no amas

Una parte buena que tiene vivir, en una ciudad de emigrantes, es que descubres el mundo sin moverte mucho de donde vives, cuando vivía en Cuba, pensaba que la comida cubana es la mejor( aunque no me gusta mucho el arroz) que las costumbres cubanas son las mejores, en fin ese nacionalismo que todos llevamos dentro y nos hace pensar que nuestros respectivos países son el ombligo del mundo.

Vivir en una ciudad así, es un viajar constantemente, puedes encontrarte en una misma cuadra, restaurantes y negocios de mas de 20 países, puedes trabajar con personas de toda la América, te enteras que los mismos problemas son comunes en todos lados, que todos somos humanos que lloramos y reímos por lo mismo, que decirle bicho a una puertorriqueña es pecado, y decirle a una venezolana que ..te voy a coger...es motivo de escandalo. Miami es un gran caldero donde se cocinan muchos pueblos y costumbres, si bien todavía predominan los negocios y comidas cubanas, se ven también lugares de comidas, chinas, japonesas , griegas, españolas,argentinas, alemanas, rusas, en fin, que si quieres, cada fin de semana puedes darte un viaje virtual a cualquier país remoto y vivir un pedacito de sus costumbres.
Es como un extracto de todos los pueblos, como una Babel en miniatura
Como cubano, deje de ver al extranjero como un dios llegado del otro lado del mar, con dolares en el bolsillo y una visión del mundo diferente a la mía, deje de verlos como algo folclórico y raro
Yo me convertí en extranjero, viviendo en un lugar donde todos lo somos.
Y siento el desarraigo,que todos arrastramos aunque muchos lo nieguen, siento que me falta algo, tengo un gran vació que se que nada lo llenara, es algo que con palabras no se puede explicar.
Me di cuenta la primera vez que volví a Cuba a visitar a mis padres, después de 7 anos sin verlos, luego de la alegría del reencuentro, de los abrazos los besos, y el ponernos al día de ese tiempo en que solo hablamos por teléfonos apurados, esclavos de unas tarifas ridículas que hacen mas caras las llamadas a la isla que las de la NASA a la Luna.....llego un momento en que sentí que aquella realidad ya no era la mía, como tampoco siento mía la realidad en que vivo ahora, no sabría explicarlo. No tengo ese llamado "gorrión"..(nostalgia para los cubanos), que dicen sentir todos, o a lo mejor lo siento de una manera diferente y lo escondo detrás de cualquier otra cosa
Soy como un árbol, que se saco de un lugar y se pudo en otro mas bonito en apariencias, donde hay mas agua ,mas nutrientes y un mejor paisaje, pero que desde lo mas profundo, nunca hubiese querido ser trasplantado.
Soy de ningún lugar y de todos a la vez, me da lo mismo dormir donde me agarre la noche, no siento nada mio, aunque lo haya pagado. No sueno con regresar, el regreso no va acompanado de todo lo que deje de compartir con los que se quedaron,así tampoco regresare a mis 38 anos , es imposible,se que esta sensacion me va a acompanar hasta mi ultimo día.
Mis abuelos eran españoles, llegaron de jóvenes a Cuba y nunca mas volvieron, un día descubrí a mi abuela, llorando escondidas en la cocina, yo la mire y preocupado le dije: abue..que te pasa? mientras la abrazaba, tendría yo 13 anos, ella 80 ..me dijo, nada, solo que extraño a mi familia, a mis sobrinos que nunca vi, a mis hermanos que murieron lejos de mi.
Aquello se me quedo clavado muy dentro de mi, y desde esa época lejana ya, mis pesadillas eran encontrarme lejos de mi tierra y sufrir eso que sentía mi abuela, pero tambien supe, por un extrano sentimiento de premonicion, que llegaria el dia, que me tendria que esconder para llorar, en una tierra lejana..(cercana) por los seres queridos que dejaria detras y que siempre hubiese querido que estubieran a mi lado